Franco Colapinto completó su mejor carrera desde que se incorporó a Alpine en Fórmula 1. Terminó 11° en el GP de Países Bajos, tras una actuación sólida, con varios sobrepasos y ritmo competitivo. Sin embargo, su desempeño quedó opacado por decisiones del equipo que lo perjudicaron directamente.
Desde el inicio, el piloto argentino había superado a su compañero Pierre Gasly en pista. Pero en la vuelta 17, Alpine le ordenó cederle la posición. La reacción de Colapinto fue inmediata: cuestionó la distancia entre ambos y mostró su fastidio con un “Dios mío, chicos”, que se escuchó por la radio del equipo.
En las últimas vueltas, la historia se repitió. Gasly, con neumáticos duros y claramente más lento, bloqueó al argentino que venía con ritmo fuerte y gomas blandas. A falta de dos vueltas, Colapinto pidió por radio que lo dejaran pasar. La respuesta fue tardía, y la oportunidad de sumar su primer punto en la categoría se desvaneció.
Frustrado, el joven de 22 años descargó su bronca al cruzar la meta: gritó e insultó por radio, y luego, en la conferencia, fue directo:
“Nos faltó hacer un mejor trabajo de equipo. Era muy fácil hacerme sumar un punto hoy. No había que esforzarse mucho”.
Aunque rescató su crecimiento personal —“estoy más cómodo con el auto, más consistente”—, dejó en claro su decepción con la estrategia del equipo y la falta de colaboración interna:
“Siento que no nos ayudamos para nada entre nosotros. Somos compañeros de equipo y no hicimos las cosas bien”.
La tensión con el equipo crece, justo antes del GP de Italia, donde Colapinto volverá a correr con el objetivo de conseguir esos primeros puntos que ya demostró que puede alcanzar.
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