Para el kirchnerismo se trata del evento más importante del año. El 17 de noviembre, Día de la Militancia, funcionará como clausura de 2022 -tres días después empieza el Mundial-, pero también como antesala del 2023. La Cámpora, a través de equipos liderados por sus principales armadores, buscará diferenciarse del estilo “aburrido” y “solemne” de la Casa Rosada, y arengar a la militancia para la campaña que se viene, con cierto aire similar al de los festejos del Bicentenario que precedieron la añorada victoria de 2011, con el 54% de los votos. “Tenemos que mostrar que no somos como los viejos, vagos, que están en el Gobierno, que atrasan. Somos otra cosa, la renovación. Siempre lo fuimos”, se envalentonó un dirigente, en el mismo sentido en que Máximo Kirchner, el sábado pasado, se apropió del slogan de Juntos por el Cambio al decir: “El cambio somos nosotros”.
El arranque de la ceremonia política que organiza el kirchnerismo en el Estadio Único de La Plata, mañana, está citada a las 17. Y el discurso de Cristina Kirchner, única oradora, se prevé para las 18. Sin embargo, quienes están a cargo de la organización deslizan, con reserva, que probablemente no hable hasta las 20. Admiten que la prolongada previa al esperado mensaje no será casual. El ala dura del Gobierno planea una jornada larguísima para poner en práctica el lineamiento que profesan desde hace semanas los principales referentes del espacio: “recuperar la alegría”.
“Ella quiere que la cuidemos nosotros, los propios”, revelaron desde el espacio que lidera Máximo Kirchner, en una declaración de auto-reivindicación tras los cuestionamientos por las fallas de la custodia que permitieron que un hombre le gatillara un arma a la vicepresidenta a centímetros de la cara, hace dos meses y medio, en la puerta de su casa en Recoleta. La mayoría de los “agentes”, sin embargo, estarán disimulados entre la multitud, ataviados de civil, para evitar enturbiar la atmósfera que, esperan, sea “alegre” y “esperanzadora”.
Aunque reacios a brindar demasiados detalles para no arruinar el “efecto sorpresa” del que se jactan, los organizadores adelantan, sin disimular el entusiasmo, que durante el fin de semana se abocaron no sólo los aspectos logísticos, sino de contenido del evento, donde habrá pantallas gigantes, música bailable, y, quizá, entre los invitados, algunas presencias del mundo del espectáculo. “Va a ser como un recital o una gran fiesta”, anticipan. Los movimientos sociales, los sindicatos, y las organizaciones afines tendrán, cada una, un espacio predeterminado en el amplio estadio.
En total habrá 40 mil personas, con 2000 invitados vip, entre la dirigencia camporista, funcionarios nacionales y provinciales (afines), intendentes (esperan que asista la mayoría del PJ), y algún gobernador. El bonaerense Axel Kicillof, proyectado como candidato a la reelección, estará firme entre las primeras filas. “Están todos invitados. Pero el eje, claramente, va a ser la provincia de Buenos Aires, no el interior”, dijeron en La Cámpora. De hecho, ante las consultas de este medio, los jefes provinciales peronistas no confirmaron si estarán presentes.
Comments