La primera rueda de la semana en los mercados argentinos fue un verdadero tembladeral. El dólar oficial subió $35 para cerrar en $1.370, mientras que el dólar blue, tras una montaña rusa, terminó en $1.320. En Wall Street, las acciones de empresas argentinas se desplomaron hasta un 10%, y los bonos no quedaron exentos, con caídas de hasta 2%. En Buenos Aires, el índice Merval retrocedió un 4%, reflejando el nerviosismo de los inversores ante la inestabilidad política y económica.
El riesgo país escaló a 767 puntos, cifra que pone en alerta a quienes siguen de cerca la salud financiera del país. El peso de la reciente ola de escándalos políticos, con audios comprometedores y denuncias que apuntan a figuras clave del Gobierno, golpea fuerte sobre la confianza del mercado.
El Tesoro Nacional está bajo presión. Esta semana deberá afrontar vencimientos por más de $14 billones y, para aliviar la tensión, anunció un canje de títulos por casi $4,5 billones al Banco Central. Sin embargo, quedan aún $9,5 billones en juego para la licitación clave del miércoles, que será el foco de atención para saber si logra contener la volatilidad.
Los analistas coinciden: la salud del mercado está en juego no solo por la economía real, que muestra signos de desaceleración, sino también por el frente político que sigue sumando capítulos conflictivos. La cercanía de las elecciones legislativas pone más presión sobre el Ejecutivo, que llega debilitado tras varias derrotas en el Congreso y con la confianza ciudadana en caída libre.
Con tasas de interés en niveles récord y un dólar oficial que supera los $1.300, el panorama para Milei y su administración es cada vez más complejo. La tormenta perfecta de factores económicos y políticos podría marcar el rumbo del país en los próximos meses.
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