Agosto fue un mes para olvidar en Casa Rosada. Según el último informe de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella, la confianza en el gobierno de Javier Milei sufrió un fuerte golpe, cayendo un 13,6% respecto a julio y alcanzando su nivel más bajo desde que el economista libertario tomó las riendas del país.
El Índice de Confianza en el Gobierno (ICG), que mide varios aspectos clave de la percepción ciudadana —desde la honestidad de los funcionarios hasta la capacidad para resolver problemas— se ubicó en apenas 2,12 puntos sobre 5. Para ponerlo en contexto: es el peor agosto para un mandatario desde Mauricio Macri en 2017 y está lejos de superar el promedio que Milei había mantenido durante sus primeros 20 meses en el poder.
Pero lo que más alarma no es solo la caída, sino que el retroceso fue generalizado. Todos los indicadores sufrieron un derrumbe: honestidad, eficiencia, preocupación por el interés general y, lo más preocupante, la evaluación general del gobierno tocó un preocupante 1,78. En especial, la confianza entre las mujeres se desplomó un brutal 20%, mientras que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires el descontento llegó a superar el 23%.
¿Por qué esta caída? Agosto fue un mes de derrotas parlamentarias para el oficialismo, con el Congreso frenando medidas clave, y una turbulencia económica marcada por tasas de interés que superaron el 100% en el mercado financiero. Y aunque el informe no pudo medir el impacto del reciente escándalo por audios sobre presuntas coimas, ese capítulo sin dudas suma a la sensación de desgaste.
El sondeo también revela que quienes tienen expectativas positivas sobre la economía mantienen cierta esperanza, con un ICG mucho más alto, pero ese optimismo es minoritario y el clima general es de desconfianza creciente.
Para Milei y su equipo, la advertencia es clara: la gestión está en la cuerda floja y la ciudadanía, golpeada por la incertidumbre económica y política, empieza a pasar factura.
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