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“La inversión en infraestructura se convirtió en una política de Estado en Salta”

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En un contexto nacional marcado por la incertidumbre económica y la falta de previsibilidad presupuestaria, la provincia de Salta se ha destacado por mantener activa la obra pública con recursos propios. Esta decisión estratégica, impulsada por el gobernador Gustavo Sáenz, ha permitido avanzar en proyectos clave que buscan mejorar la calidad de vida de los salteños y revertir años de desinversión en infraestructura.

El ministro de Infraestructura, Sergio Camacho, subrayó la importancia de esta política al afirmar: “Está clara la visión del Gobernador de seguir invirtiendo en infraestructura, de que la inversión en infraestructura se convierta en una política de Estado”. Este enfoque, señaló, ha sido fundamental para enfrentar un 2024 que comenzó con serios desafíos, como la prórroga del presupuesto nacional y la discontinuidad en obras financiadas por la Nación.

El presupuesto provincial para 2025 destinará el 12,8% de los recursos totales, equivalentes a $271.638 millones, a la ejecución de 690 obras de distinta magnitud. Esta cifra asciende a $623 mil millones si se incluyen fondos de otras fuentes de financiamiento, lo que permitirá llevar adelante 750 proyectos.

El impacto de esta inversión es significativo si se compara con el 3,5% del presupuesto que se destinaba a infraestructura al inicio de la gestión de Sáenz. Para Camacho, esto evidencia un compromiso claro: “Queremos tener una hoja de ruta, que la gente sepa lo que vamos a hacer y los legisladores, que son los responsables de controlarnos, también sepan qué es lo que vamos a hacer”.

Prioridades estratégicas

Entre los proyectos más destacados para 2025, Camacho mencionó la continuación de obras en hospitales clave como el de Güemes, el Hospital del Milagro y el nuevo Hospital de Emergencias. Asimismo, se intervendrán más de 140 escuelas y se reforzará la capacidad operativa del Ministerio de Seguridad con nuevos móviles y equipamiento.

Estas iniciativas, añadió, buscan atender las necesidades reales de los salteños, respetando el principio de un presupuesto federal, participativo y equilibrado, tal como se ha manejado en los últimos cinco años.

A pesar del contexto adverso, el ministro resaltó que la obra pública financiada con recursos provinciales no se paralizó. “Nos reinventamos. Por ejemplo, estamos terminando 2.000 viviendas que el Gobierno nacional abandonó”, explicó. Este enfoque pragmático ha sido clave para mantener en marcha proyectos esenciales, siempre con una visión de largo plazo.

El desafío de la falta de un presupuesto nacional

La ausencia de un presupuesto nacional representa un reto, ya que limita la previsibilidad y fomenta decisiones discrecionales en la asignación de recursos. Sin embargo, Camacho aseguró que Salta seguirá avanzando con independencia financiera y planificación estratégica. “Habrá una cantidad de cosas que se irán viendo con el tiempo; claramente lo haremos con la misma sensatez de los años anteriores, sabiendo y previendo qué se va a hacer en cada año y haciendo partícipe a la gente”.

Una visión transformadora

En palabras del ministro, el mensaje es claro: “En cada lugar donde haya un salteño llegará el Gobernador, llegará su equipo de gobierno con una solución, con una alternativa que mejore la calidad de vida”. Este compromiso refuerza la idea de que la infraestructura no es solo una herramienta de desarrollo económico, sino también un mecanismo para garantizar igualdad de oportunidades y dignidad para todos los habitantes de la provincia.

Así, Salta se consolida como un modelo de gestión que, incluso en tiempos difíciles, apuesta por la obra pública como un pilar para el progreso y bienestar de su gente.

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