El economista salteño Valeriano Colque analizó en diálogo con Interactiva Noticias, la compleja coyuntura económica y política que atraviesa el país. En un diagnóstico tan crudo como realista, destacó que la desconfianza en el rumbo económico actual no se debe únicamente a errores de gestión, sino también a la falta de consensos políticos amplios y a una histórica resistencia a asumir responsabilidades por parte de quienes gobiernan.
—¿Cómo describiría la situación actual de la economía argentina?
Valeriano Colque: Estamos atravesando una etapa de fuertes tensiones cambiarias, monetarias y políticas. Las variables macroeconómicas —que por momentos mostraban cierta estabilidad— vuelven a preocupar. Tenemos altas tasas de interés, encajes récord, una formación sostenida de activos externos, riesgo país en alza e intervenciones permanentes para contener el tipo de cambio. Todo esto refleja una creciente desconfianza en el rumbo económico.
—¿Esa desconfianza tiene origen exclusivamente económico?
Colque: No. En parte, es económica, pero también profundamente política. Inicialmente, no creo que estuviera vinculada al “riesgo K”, como se instaló desde el propio Gobierno. Más bien, tiene que ver con la negativa oficial a construir consensos con sectores que, aunque no son kirchneristas, sí acompañaron al oficialismo en otros momentos. Esa inclinación a concentrar el poder debilita la estabilidad institucional y genera incertidumbre de largo plazo.
—Desde lo estrictamente económico, ¿cuáles cree que han sido los errores más determinantes?
Colque: Más que errores no forzados —como la eliminación de las LELIQ—, creo que hubo decisiones estratégicas que agravaron la situación: no acumular reservas, mantener un tipo de cambio artificialmente bajo y liberar el cepo en un contexto inadecuado. Eso impulsó una masiva dolarización que desestabilizó el mercado cambiario. Desde abril, el sector privado compró 14.000 millones de dólares, de los cuales tres cuartas partes salieron del sistema financiero.
—¿Qué rol le asigna al Banco Central y a la política monetaria en este contexto?
Colque: Es indispensable tener una autoridad monetaria creíble, autónoma y con capacidad de acción. La realidad se impone a cualquier ideología, y cuando las decisiones carecen de anclaje en la experiencia concreta, terminan fracasando. El Gobierno ha actuado con pragmatismo, pero guiado por la urgencia: subas de tasas, venta de divisas, intervención en futuros, regulaciones, todo al mismo tiempo.
—¿Cuál cree que debe ser el camino para salir de esta lógica de crisis cíclica?
Colque: Hay que avanzar hacia un nuevo pacto democrático que sostenga un proyecto de desarrollo inclusivo, previsible y plural. La economía necesita de la política, pero una política con vocación democrática, con alternancia real, con reglas estables y consensos duraderos. No se puede construir nada serio sobre la base del todo o nada. La confrontación permanente lleva al borde del abismo en cada elección.
—¿Cómo interpreta declaraciones recientes del oficialismo sobre maniobras del mercado?
Colque: Hace unos días, el secretario de Finanzas dijo que un banco chino “levantó el dólar 40 pesos en un día”. Este tipo de declaraciones son parte de una vieja tradición: echar culpas a otros. Se culpa al FMI, a los bancos, a los medios, a la oposición. Pero en algún momento hay que asumir responsabilidades. Es un gesto de madurez institucional y un paso necesario para reconstruir confianza.
—Usted mencionó la necesidad de revisar el rol del Estado. ¿A qué se refiere?
Colque: El Estado no puede ni debe reemplazar al mercado en la generación de riqueza, pero sí tiene la obligación de garantizar reglas claras, legítimas y estables que protejan el interés colectivo. Esto incluye infraestructura, salud, educación, justicia. Pensar que todo puede resolverse con fondos privados o con la emisión sin respaldo es una fantasía que ya hemos pagado demasiadas veces.
—¿Cómo impacta el proceso electoral en esta dinámica?
Colque: La política condiciona a la economía. En Argentina, ya no es un ruido de fondo: es la variable principal de valuación. Una elección en Buenos Aires, incluso legislativa, afecta la percepción de riesgo, la cotización de activos, el comportamiento del tipo de cambio. Si el oficialismo demuestra competitividad, puede bajar el riesgo país; si pierde ampliamente, se puede disparar la desconfianza.
—¿Ve margen para avanzar en las reformas estructurales que el Gobierno propone?
Colque: No sin acuerdos con los gobernadores y sin una reconstrucción del diálogo político. Las reformas impositiva, laboral y previsional requieren consensos. No se puede construir una Argentina sostenible sin rutas, escuelas, hospitales o diques. La soberbia política se paga caro en las urnas. Y eso, nuestra historia lo ha demostrado muchas veces.
—¿Qué pasa si el resultado electoral no acompaña al oficialismo?
Colque: El mercado ya descuenta parte del riesgo. Pero si el kirchnerismo gana ampliamente en su bastión, puede interpretarse como un anticipo de reordenamiento político hacia 2027. Eso generaría ampliación de spreads, presión cambiaria y caída de activos locales. La memoria de agosto de 2019 está viva: una sorpresa electoral generó un desplome del Merval en dólares de 46 % en un solo día.
—¿La confianza es el principal activo hoy?
Colque: Totalmente. La confianza es el verdadero ancla. En un sistema como el argentino, tan elástico en tiempos de bonanza como brutal en el estrés, el equilibrio fiscal y el respeto de los contratos son claves. Pero el riesgo político hoy es el principal lastre. Si el oficialismo logra sostener un piso electoral en octubre, podría haber una compresión de riesgo país. Caso contrario, el escenario se complica.
—¿Cómo ve el papel de los bancos y el mercado financiero en este contexto?
Colque: El sector bancario concentra el “trade electoral”. Hoy los bancos están líquidos, sólidos y con valuaciones bajas. Son atractivos para perfiles más agresivos, pero el mercado sigue a la expectativa. Un resultado favorable puede habilitar una rotación hacia activos locales. Un revés consolidará la preferencia por la dolarización y la liquidez.
—¿En síntesis, qué deberíamos esperar?
Colque: La elección bonaerense no define octubre, pero ajusta las probabilidades. Para los inversores, el lunes siguiente es clave. Si el Gobierno recibe un respaldo relativo, puede recuperar margen de maniobra. Si no, la desconfianza volverá a golpear con fuerza. El mensaje político será evaluado tanto por el mercado como por la sociedad, y será determinante para definir si hay futuro o si seguimos atrapados en el pasado.
Comments