Fernández anunció, como estaba previsto, un nuevo fuero federal penal “que unificará a los fueros penales que tienen ámbito en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
Por un lado, transferirá parte de esos fueros a la Capital Federal y, por otro, los delitos de la administración pública “dejarán de estar en manos de pocos jueces para pasar a ser juzgados por más de medio centenar de jueces”.
“Venimos a ponerle fin a la designación de jueces amigos, a la manipulación judicial, a la utilización política de la justicia, y al nombramiento de jueces de poderes inconfensables dependientes de poderes inconfensables”, dijo.
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