El Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró en julio un aumento del 1,9%, impulsado principalmente por precios estacionales vinculados a las vacaciones de invierno y a subas en frutas y verduras. La inflación núcleo, que excluye factores estacionales y regulados, se desaceleró al 1,5%, su nivel más bajo desde enero de 2018.
Durante el mes, el dólar tuvo un salto del 13%, aunque todavía no se reflejó con fuerza en los precios, debido a la debilidad del consumo, la apertura de importaciones y acuerdos con supermercados para frenar aumentos. Sin embargo, se espera que en agosto pueda comenzar a sentirse ese impacto.
En el acumulado del año, la inflación fue del 17,3%, y en los últimos doce meses alcanzó el 36,6%, la cifra interanual más baja desde diciembre de 2020.
Entre los rubros con mayores subas se destacaron:
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Recreación y cultura: +4,8%
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Transporte: +2,8%
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Restaurantes y hoteles: +2,8%
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Alimentos y bebidas: +1,9%
En contraste, el rubro Prendas de vestir y calzado registró una baja del 0,9%.
Desde el Gobierno celebraron los datos: el ministro de Economía, Luis Caputo, destacó la desaceleración, y el presidente Javier Milei lo calificó como “el mejor ministro de Economía de la historia”.
A pesar del optimismo oficial, analistas advierten que la evolución del dólar, la incertidumbre política y judicial, y el manejo de la liquidez seguirán siendo claves para la inflación en los próximos meses.
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