En el Senado de la Nación se cocina una jugada política que podría cambiar el tablero de juego del Gobierno de Javier Milei. La oposición, cansada de ver cómo el Ejecutivo se escuda en los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) para avanzar sin consensos, está a punto de presentar un proyecto para ponerle límites claros y durísimos a esta herramienta.
El proyecto, liderado por la senadora cordobesa Alejandra Vigo —esposa del ex gobernador Schiaretti—, busca una vuelta al pasado, a un sistema que obligaba al Gobierno a manejarse con mayor respeto hacia el Congreso. La idea es clara: que cada DNU trate solo una materia, que el Congreso tenga un plazo máximo de 90 días para aprobar o rechazar esos decretos, y que con el voto negativo de una sola cámara, el DNU pierda validez. Un cambio de reglas que pondría a Milei contra las cuerdas.
¿Por qué tanta urgencia? La oposición ve con preocupación cómo el oficialismo, con su mayoría relativa y un Parlamento en modo opositor, usa los DNU para gobernar sin mayoría propia. Y más aún: si Milei logra obtener un tercio de diputados en las próximas elecciones, podrá bloquear los rechazos en Diputados, haciendo casi imbatible el uso de decretos para evitar el control parlamentario.
Este proyecto no solo es una reacción a la realidad actual, sino una estrategia preventiva para evitar que Milei convierta el DNU en su principal herramienta para esquivar el Congreso y gobernar de espaldas a la democracia.
Si la oposición logra pasar esta ley, el Ejecutivo podría usar el veto, lo que abriría otro capítulo de negociación, pero al menos el margen para abusar de los decretos quedaría más acotado.
El reloj corre: antes del 10 de diciembre, cuando cambie la composición del Congreso, la oposición quiere tener esta norma aprobada y en vigor para poner un freno a una de las tácticas más polémicas del Gobierno.
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