El interventor de Aguas Blancas, Adrián Zigarán, advirtió sobre la falta de control estatal, la inacción del gobierno nacional y la connivencia de sectores ilegales en la frontera con Bolivia. “Es un día a día complicado, porque si te pueden sacar del juego, están más que contentos”, afirmó.
En una entrevista con Interactiva Noticias, Adrián Zigarán, interventor de Aguas Blancas, trazó un crudo panorama sobre la situación en la frontera norte de Salta. Según sus declaraciones, la zona está atravesada por irregularidades, complicidades institucionales y una preocupante ausencia de lineamientos claros por parte del Estado nacional.
“En todo el norte la ilegalidad está naturalizada. A nadie le gusta que lo controlen. Y si nos pueden sacar del medio a los que tratamos de poner orden, mejor para ellos”, sostuvo Zigarán. Y agregó: “Está todo atravesado. Jueces, fiscales, gendarmería… uno ya no sabe quién es quién”.
El alambrado fronterizo: listo, pero sin uso
Uno de los temas centrales fue el llamado “alambrado fronterizo”, una estructura ya instalada desde hace más de un mes pero que, según Zigarán, aún no entra en funcionamiento por falta de coordinación con Nación.
“No es que no esté, está listo hace rato. Pero nunca fue noticia hasta que alguien lo asoció, maliciosamente, con una medida antiinmigratoria como las de Trump”, explicó. “Antes de que funcione, hay que sentarse con Nación y establecer normas. Lo vengo diciendo en todos los reportajes, pero nadie me escucha”.
El interventor cuestionó la falta de criterios migratorios unificados, lo que genera demoras de hasta cinco horas en el paso entre Bolivia y Argentina. “En Salvador Mazza funciona bien porque hay reglas. Acá no. Si un ciudadano boliviano tiene una multa, hasta que no la pague, nadie más pasa”, graficó.
Transporte informal, chalanas y privilegios
Zigarán también pidió regularizar el rol de los carreros y remiseros, fundamentales para la economía local, y criticó el funcionamiento desigual entre los distintos pasos fronterizos. “En Encarnación, por ejemplo, un taxi argentino puede entrar a Paraguay y volver. Acá no se permite cruzar taxis”, reclamó.
Otro punto de conflicto es la finca privada Karina, que —según Zigarán— funciona como un paso ilegal paralelo. “Cobra para entrar y salir, no tiene controles aduaneros ni migratorios y se puede pasar cualquier cosa. Mientras en el puente internacional sólo se permiten hasta 300 dólares por mes, ahí podés pasar tres millones cada dos minutos y nadie te dice nada”.
Cortocircuitos políticos y falta de autoridad
El interventor reconoció tensiones con la directora de Fronteras, Virginia Cornejo, a quien responsabiliza por la falta de reglamentación en el uso de la chalana (transporte fluvial tradicional entre orillas). “Prefectura habilitó una nueva chalana sin consultarnos y casi se arma un conflicto internacional. Cornejo dice que me corresponde a mí, pero los prefectos no me responden. Se manejan solos”, señaló.
Aunque destacó una buena relación institucional con el gobernador y reconoció avances con el plan Güemes, Zigarán insistió en que muchas decisiones superan sus competencias: “Yo no puedo hacer todo. No me corresponde la Fuerza Nacional, ni la finca Karina, ni la chalana. Son temas federales y Nación tiene que actuar”.
Por último, advirtió sobre posibles tensiones territoriales con Bolivia por la jurisdicción del río Bermejo: “Ellos creen que el río les pertenece de ambas orillas, y eso en algún momento nos va a traer problemas. Es un trabajo que también debe encarar Nación. A mí me excede”.
Comments