San Lorenzo Chico dejó de ser solo un rincón residencial exclusivo para convertirse en un polo de inversiones. La clave estuvo en una decisión estratégica: cambiar las reglas del juego. Así lo explicó el intendente de San Lorenzo, Manuel Saravia a Interactiva Noticias, al hablar sobre el crecimiento exponencial de la zona.
“Yo soy intendente hace cinco años. La primera ordenanza, lo primero que hicimos cuando llegamos al municipio, fue sentarnos a conversar con las cámaras, con el sector privado, para escuchar qué se necesitaba para que San Lorenzo recibiera inversiones”, afirmó Manuel Saravia.
El problema era claro: un código de edificación obsoleto. “San Lorenzo no podía tener edificios que superaran los siete metros, y es imposible que se instalara una empresa con un código de edificación de esas características”, explicó el intendente. La normativa restrictiva condenaba a la ciudad a un desarrollo limitado, sin posibilidades reales de expansión comercial o empresarial.
La solución fue una reforma urbanística que permitió la instalación de empresas, centros comerciales y edificios corporativos en corredores estratégicos. Con reglas más modernas y procesos ágiles, las inversiones no tardaron en llegar. “Dimos celeridad, transparencia y acompañamos a los inversores en sus proyectos”, destacó Saravia.
El impacto ya es visible: nuevos negocios, mayor dinamismo y generación de empleo. “No vamos a generar empleo si no llegan inversiones, y hoy estamos empezando a ver los frutos”, concluyó el jefe comunal.
San Lorenzo Chico dejó atrás la imagen de una zona residencial de casas bajas para convertirse en un centro de oportunidades. Un ejemplo de cómo la planificación y el diálogo con el sector privado pueden cambiar la realidad de una comunidad.
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