Lo que comenzó como un gesto desinteresado en plena madrugada terminó en una violenta escena de robo y persecución. Un hombre de 26 años fue imputado por la Justicia tras amenazar con un cuchillo al conductor que lo había auxiliado en la Ruta Nacional 51.
El hecho ocurrió alrededor de las 4:30 de la madrugada del 22 de agosto. Según la denuncia, la víctima circulaba por el kilómetro 6,5 de la RN51 cuando observó a un joven que pedía ser llevado. Sin dudar, el conductor detuvo su vehículo para darle un aventón. El destino del viaje: las inmediaciones de la localidad de San Luis.
Sin embargo, apenas unos kilómetros después, la escena cambió drásticamente. El pasajero, lejos de agradecer el favor, sacó de entre sus ropas un cuchillo tipo Tramontina y, bajo amenazas, exigió las pertenencias del conductor. Hubo un forcejeo breve, pero efectivo: el atacante se llevó un celular y una billetera antes de huir a pie hacia un descampado cercano.
La rápida intervención del personal de la Comisaría N.º 9 de San Luis fue clave. Tras activar un operativo cerrojo, lograron seguirle el rastro al sospechoso, quien intentó escabullirse entre pasajes oscuros y, finalmente, abordó un colectivo de la línea 6 de SAETA en un intento desesperado por desaparecer del lugar.
Pero no llegó lejos. Un efectivo policial, que patrullaba a pie, logró pedir ayuda a un motociclista para interceptar el colectivo a la altura del kilómetro 2,5. Allí, el acusado fue reducido e identificado. Durante la requisa, se le hallaron los objetos robados.
El fiscal penal de Rosario de Lerma, Daniel Alejandro Escalante, imputó al detenido por robo con uso de arma blanca y solicitó su detención preventiva, ante el evidente riesgo de fuga y entorpecimiento de la investigación. A esto se suman sus antecedentes penales: el hombre ya fue condenado y declarado reincidente por cuarta vez.
Una historia que revela cómo, en tiempos donde la solidaridad escasea, incluso los buenos gestos pueden ser traicionados.
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