Con un tono firme y sin rodeos, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, lanzó un mensaje directo al Gobierno Nacional: no aceptará más demoras en la ejecución de las obras públicas comprometidas para la provincia. “No voy a descansar hasta que cada una de las obras comprometidas comience”, sostuvo ante más de 200 referentes de la sociedad salteña, en un acto que selló el Pacto Todos por Salta, una convocatoria sin precedentes que busca frenar la postergación histórica del norte argentino.
Lejos de un discurso partidario, Sáenz aclaró que esta lucha no es contra nadie, sino a favor de Salta, y que no piensa dar un paso atrás hasta lograr que se cumpla lo que ya está licitado, firmado y prometido. “Mi deseo es dejar el cargo con estas obras iniciadas y, si es necesario, voy a acampar en la Casa Rosada”, advirtió, en lo que fue uno de los momentos más contundentes del evento.
Un pacto por Salta, no por un partido
En el Centro de Convenciones de la capital salteña, el mandatario provincial fue respaldado por funcionarios, legisladores, empresarios, trabajadores, académicos y organizaciones civiles. Todos firmaron un documento que exige al Estado nacional:
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La inclusión urgente en el Presupuesto 2026 de las obras ya comprometidas y licitadas.
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La reactivación de rutas nacionales clave como la 51, 40, 50 y 9-34, fundamentales para la logística regional y hoy en estado crítico.
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La ejecución del Corredor Bioceánico, que puede convertir a Salta en una puerta al Pacífico.
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Una nueva Ley de Coparticipación Federal que reparta recursos de manera equitativa.
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Subsidios igualitarios para el transporte del interior, en especial el de pasajeros, frente al histórico privilegio del AMBA.
“Estas obras no son para este gobierno, ni para mi gestión. Son para los próximos 20, 30 años. Si las dejamos pasar, perderemos una oportunidad histórica”, sentenció Sáenz.
“No se trata de Milei ni de Cristina, se trata de Salta”
El gobernador aprovechó el contexto electoral para enviar un mensaje claro a la ciudadanía: “Esta no es una elección más; no se elige entre Milei y Cristina. Ellos no son candidatos. Esta vez se elige si Salta sigue postergada o si empieza a reclamar lo que le corresponde con firmeza”.
Y fue más allá: “Algunos ya tuvieron la oportunidad de representarnos durante años. Sería bueno que ahora nos digan qué hicieron por Salta. Porque este no es momento de discursos, sino de obras concretas”.
Lejos de los slogans fáciles, Sáenz se presentó como un gobernador decidido a ir al choque por su provincia, pero sin entrar en la lógica de la grieta. “Yo hago política pensando en el futuro, no en las peleas del pasado”, repitió en más de una ocasión. Y agregó: “Quiero que al gobierno nacional le vaya bien, pero también quiero que el gobierno nacional quiera que a Salta le vaya bien”.
Unidad ante la adversidad
En el acto estuvieron presentes figuras de todos los niveles del poder provincial: el vicegobernador Antonio Marocco, el intendente capitalino Emiliano Durand, el presidente de la Cámara de Diputados Esteban Amat, el titular del Concejo Deliberante Darío Madile, además de ministros, legisladores, empresarios, sindicatos, rectores universitarios y representantes de organizaciones sociales.
Sáenz apeló a la unidad como herramienta clave: “Ojalá esta pelea nos encuentre más unidos que nunca, más allá de nuestras convicciones. Las ideas no se matan, pero tampoco se imponen. Las ideas se discuten, se consensúan y se transforman en acciones concretas. Eso estamos haciendo hoy”.
El gobernador cerró su intervención con un tono casi testimonial. “Estamos hablando de obras que ya están empezadas o listas para comenzar. No hay excusas. Lo único que falta es la decisión política de Nación. Y si no lo hacen, no tengan dudas de que voy a ir personalmente a exigirlo. Porque no se trata de mí. Se trata del futuro de nuestros hijos y de nuestra provincia”.
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