Por primera vez en la historia argentina, las elecciones del 26 de octubre se realizarán con boleta única de papel. Pero para miles de personas ciegas o con baja visión, ese cambio significa algo más profundo que un nuevo formato: es la pérdida del derecho a votar de manera autónoma y secreta.
“Nadie pensó en nosotros”, dice con crudeza Pablo Lecuona, fundador de Tiflonexos, una ONG que desde hace años trabaja por la accesibilidad y los derechos de las personas con discapacidad visual. “¿A vos te gustaría que tu única opción sea pedirle a alguien que vote por vos?”, lanza, como un disparo directo a la indiferencia.
Una solución accesible… hecha a pulmón
Ante la falta de respuesta del Estado, desde Tiflonexos lanzaron una campaña ciudadana para garantizar el derecho al voto autónomo. ¿La solución? Una plantilla de papel con agujeros alineados con los casilleros de la boleta, numerada en braille y complementada con una guía de audio descargable mediante código QR.
Simple. Económico. Eficiente. Y, sobre todo, liberador.
“Diseñamos esta herramienta que nos permite votar sin depender de nadie”, resume Lecuona. Pero para que eso suceda, necesitan recaudar 3 millones de pesos antes del domingo para imprimir y distribuir unas 1500 plantillas en escuelas de la provincia y la Ciudad de Buenos Aires.
Hasta el momento, solo lograron juntar 325.000 pesos. Y el tiempo apremia.
Un derecho relegado
Según estimaciones internacionales, 1,5% de la población argentina tiene discapacidad visual. Son cientos de miles de personas para quienes la accesibilidad al voto no está garantizada.
“El Estado no hizo nada. Ni una plantilla, ni un QR, ni una lupa. Nada”, denuncia Lecuona. Incluso dentro de los costos millonarios del proceso electoral, fabricar plantillas accesibles habría representado solo el 0,1% del presupuesto de impresión de las boletas. Pero la discapacidad, otra vez, quedó al margen.
Apoyo judicial y red ciudadana
A último momento, el juez Alejo Ramos Padilla autorizó el uso de estas plantillas y se comprometió a distribuirlas en todos los centros de votación de La Plata. En el resto de la provincia, la logística dependerá de una red de voluntarios que se está armando contrarreloj.
“Nos estamos organizando con vecinos, amigos, gente de pueblos que se ofrece a recibir las plantillas y repartirlas en las escuelas”, cuenta Lecuona.
El objetivo: que nadie más tenga que delegar su voto
“Queremos visibilizar esto ahora, para que en las elecciones de 2027 el Estado lo incorpore como corresponde”, explica. No se trata de una queja, sino de una lucha por un derecho básico: el de votar con libertad y sin depender de otro.
“Imaginate que vas a votar y tenés que pedirle a alguien que lea la boleta por vos y marque tu opción. El secreto del voto desaparece. La autonomía también”, reflexiona Lecuona.
Y no se trata solo de lo simbólico. “Estamos hablando de un acto que define el destino del país. Si en ese momento no sos libre, entonces no sos plenamente ciudadano”, concluye.
¿Cómo ayudar?
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Transferencia por $1000 al alias votosinbarreras
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También se puede donar por Mercado Pago desde este link
Cada peso suma. Cada plantilla que llega, garantiza que una persona pueda ejercer su voto con dignidad.







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